Por Luis-Miguel Gutiérrez et Claudia Pineda
19 febrero 2020 – 10:30 Oficina Nacional de la Defensoría del Pueblo, Bogotá, Colombia
En fotos : Víctor Tafur, Emilie Gaillard, Sandra Rodríguez, Luis Miguel Gutiérrez, Claudia Pineda, Álvaro Amaya, et Alfredo Vargas.
Reunión entre el equipo de investigación de la Cátedra y miembros de la Defensoría:
- Sandra Lucía Rodríguez, Delegada de Derechos Colectivos y Medio Ambiente, Defensoría del Pueblo.
- Álvaro Amaya, Director Nacional de Promoción y Difusión, Defensoría del Pueblo.
- Alfredo Vargas, Delegado de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Defensoría del Pueblo.
Reunión con miembros de la oficina nacional de Defensoría para tratar los temas de «Paz, Justicia Transicional y Medio Ambiente» en Colombia.
De esta reunión surgió la propuesta de una posible colaboración científica entre la Cátedra Normandía para la Paz y Defensoría en las áreas de «Derechos Colectivos y Medio Ambiente», y también de «Promoción y Difusión» con las áreas de trabajo de la Cátedra en : Educación para los derechos de las generaciones futuras, los pueblos indígenas y las generaciones futuras, justicia transitoria y asuntos medioambientales, etc.
La Defensoría desempeña un papel clave en Colombia en materia de medio ambiente. Por un lado, como parte de su función de protección y promoción de los derechos humanos, Defensoría brinda apoyo directo a las personas en los territorios y ecosistemas en los que viven a través de sus 38 oficinas.
Por otro lado, la Corte Constitucional colombiana ha involucrado sistemáticamente a la Defensoría, como órgano de control, en el seguimiento de la ejecución de las decisiones en materia de protección ambiental.
Por ejemplo, desde hace más de 3 años, la Defensoría ha estado involucrada en el famoso caso del río Atrato, en el que la Corte Constitucional, a través de su sentencia T-622 de 2016, reconoció al río Atrato, su cuenca y sus afluentes como una entidad sujeta a derechos. En esta sentencia, el Tribunal Constitucional ordenó que se adoptaran diversas medidas de protección, conservación, mantenimiento y restauración por parte de determinadas entidades estatales y comunidades étnicas.
La Defensoría también está involucrada en otros casos importantes de protección de los ecosistemas de los páramos de Santurbán, Almorzadero y Pisba. El principal reto en estas áreas medioambientales es la recuperación de los suelos y los bosques, garantizar la seguridad alimentaria de la población y proteger contra los efectos nocivos de la contaminación, entre otros.
El trabajo que realizan en la práctica busca dar a la gente herramientas para la gestión ecológica participativa del territorio. Un ejemplo es el desarrollo de «un conjunto de juegos educativos sobre la protección de los derechos y la recuperación de la memoria histórica en el contexto del proceso de paz en Colombia». Como guardián de los derechos humanos, el trabajo de la Defensoría en el terreno es permanente. Su papel en la promoción de los derechos de las generaciones presentes y futuras es un punto clave de convergencia con los objetivos de la Cátedra, por lo que se espera una futura colaboración con ellos.