«Tendremos paz en la tierra cuando tengamos paz con la tierra».
por Constancio Paranal III el 25 de septiembre
La paz es una palabra enorme. Abarca todo y no tiene límites. Definir la paz requiere un contexto, ya que puede ser abrumadoramente vaga y nebulosa. Pero la paz también es efervescente, pues sin ella ¿cómo podemos esperar crecer y contribuir positivamente a la sociedad? Creo que todos podríamos estar de acuerdo en que es a través de la paz como encontramos consuelo, significado, propósito, libertad, bondad y, sobre todo, amor.
El amor, que es la unidad básica de las relaciones humanas. Y las relaciones, en diversas formas, maneras y medios, son la esencia de la vida.
Por lo tanto, es imperativo que encontremos, busquemos y vivamos en paz.
Pero, ¿cómo se sabe lo que es la paz? ¿Cómo se experimenta la paz? Y por último, ¿es la paz realmente alcanzable, o es un concepto fugaz en la mente de un soñador dichoso y un aspirante esperanzado?
En septiembre de 2022, junto con varios delegados internacionales, me embarqué en un viaje en busca de la paz. Tuve el honor de ser seleccionado como una de las laureaoss de la escuela de verano de la Cátedra Normandía por la Paz
Bajo la dirección de la profesora Emilie Gaillard, la Cátedra Normandía por la Paz (CNP) se aseguró de que nuestro viaje fuera real y nunca fugaz. Durante toda una semana, nos proporcionaron los conocimientos de un ejército de eruditos y cruzados que nos desafiaron a contribuir y nos inspiraron a actuar.
Pero, por encima de todo, la CNP nos proporcionó una comunidad de personas apasionadas por la creación de un mundo mejor, un futuro prometedor y una paz generadora.
La experiencia global me cambió para siempre. Y cada día, las lecciones de paz añadían más significado y el deseo de actuar con más valentía y amabilidad.
Tuve la oportunidad de compartir esas lecciones con mi equipo de la Ciudad y el Condado de Honolulu, la Oficina de Revitalización Económica y la Oficina de Cambio Climático, Sostenibilidad y Resiliencia. Creo que es mi responsabilidad garantizar que el caudal de conocimientos y la experiencia que adquirí se compartan para evocar un nuevo pensamiento o inspirar la conciencia.
Y a continuación, mis lecciones aprendidas y compartidas.
Lección 1: La paz es una responsabilidad moral compartida.
Es imposible alcanzar la paz en solitario. Todos tienen que participar en el proceso. Para existir en esta tierra es necesario que cada uno de nosotros establezca una relación funcional con los demás. Eso significa coexistir con equidad, no violencia y civismo. Nuestra responsabilidad no se limita al tiempo que estamos aquí, sino que se extiende para atender a las generaciones futuras. Sin embargo, las condiciones de lo que heredamos de las generaciones pasadas no deben determinar qué y cómo debemos proveer al futuro. Además, el alcance de nuestra responsabilidad no debe medirse por lo que hacen los demás, sino por lo que somos capaces de hacer nosotros. Para experimentar la paz, hay que desearla; para desear, hay que imaginar. Y para imaginar, uno debe crear su propia historia. La narración de esa historia servirá de guía y engendrará la bondad de la que brota la paz.
Leçon 2 : La paix est une entreprise intergénérationnelle.
Todos deseamos paz, solemnidad y tranquilidad. Todo el mundo tiene derecho a vivir y disfrutar de la paz. Es un derecho que podemos disfrutar y, por tanto, debemos preservar y proteger para las generaciones presentes y futuras. Y aunque el establecimiento de prácticas éticas y morales son formas de preservar y proteger el derecho, tener una base legal es fundamental. Como sociedad civil, tenemos el poder de hacer valer nuestros derechos, de expresar nuestras opiniones y de defender las causas que garanticen que todos los miembros rindan cuentas al derecho común y contribuyan a nuestra responsabilidad y objetivos compartidos. Los derechos humanos son clave para la preservación y el fomento de la paz; no sólo es intergeneracional, sino transgeneracional.
Lección 3: La paz requiere la reconciliación con la tierra y su gente.
Para alcanzar la paz en la tierra, hay que hacer las paces con la tierra y con todos sus habitantes. El respeto es una característica fundamental de la humanidad. Comprender nuestro papel y nuestras responsabilidades como administradores y cuidadores de la tierra nos da la oportunidad de respetar y valorar todas las cosas, y de darnos cuenta de que nuestras interacciones con la naturaleza pueden influir y definir futuras formas de vida. Valorar los derechos humanos significa valorar los derechos de los pueblos indígenas. Respetar la naturaleza significa respetar los conocimientos, las tradiciones, la representación y la autodeterminación de los indígenas.
Lección 4: La paz tiene que ser a gran escala
Como cualquier cosa en la tierra, para que nuestro resultado deseado tenga un impacto, tiene que escalar. Para que la paz sea importante, debe sentirse en todos los rincones del mundo, debe ser comprendida por todos los ciudadanos del mundo y debe practicarse en toda su esencia. Las iniciativas de base son necesarias para la defensa, el activismo y la educación. En la era de los medios sociales, el poder se redistribuye; no tenemos que esperar a que haya una masa crítica para pasar a la acción. De hecho, cada uno de nosotros posee el poder de hacer que se produzca una masa crítica, pero debemos ser lo suficientemente valientes como para dar el primer paso.
Estoy agradecida a la CNP por la oportunidad que nos ha brindado a mí y a mis compañeros de aprender unos de otros y ser agentes de paz. Haber sido voluntario de la CNP en el pasado hizo que mi participación en el programa fuera aún más especial. Fue reconfortante conocer por fin a las personas que están detrás de la CNP y formar parte de una buena historia definitiva: la celebración de una confluencia de mentes y corazones jóvenes apasionados por nuestro futuro común.
La paz es el objetivo final.
Si incorporáramos ese pensamiento a lo que hacemos, la vida tendría más sentido, propósito e intención. Nuestras vidas serían cuentos de historias buenas y poderosas, cada una de las cuales se esforzaría en su propia narrativa de paz.
Creo que la Paz es un viaje que merece la pena y que está en marcha. Este es el mío; ¿cuál es el tuyo?